martes, 9 de febrero de 2010

Mad


Loca, loca, loquica. Ayer visitamos al inconmensurable Ricardo Cases en su morada y Raquel y yo, que creíamos ser dos ametralladoras, nos quedamos literalmente K.O. ante esta apisonadora creativa y vital. Las dos señoritas que anunciaba Jose Ramón en el hall más fascinante de Chamberí se quedaron mudas, mudicas, ante un hombre que nos desfilaba los proyectos que siempre quieres ver y nunca encuentras.

Hacía tiempo, mucho tiempo, que no me alegraba tanto de conocer a alguien (lo dije y lo repito). Y de Orihuelica del Señor que es. Y sobre su mesa de trabajo un documento de Miguel Hernández que lo domiciliaba en la mismica calle de la capital... La vida es un tango, no me cansaré de repetirlo.

Gracias, Ricardo, por no conocernos de (casi) nada y darnoslo todo. Y tus zapatillas molan un huevo, de verdad.

No hagan otra cosa más que ver las obras de este hombre. Y el colectivo-escuela del que forma parte. Y, por encima de todas las cosas, no dejen de ver su fanzine: Supernormal

*De su serie la Ciudad que soy


*Belleza de Barrio, tremendo trabajo en una peluquería de Usera

*Sú último proyecto: colombicultura

Qué razón tenías, Cristina, Ricardo es lo más grande (y sin palabras el homenaje que te rinde sobre su lecho).


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