Qué fuerza hace que una persona que casi no sabe leer sienta la necesidad imperiosa de expresar con sus manos todo su mundo interior a través de la pintura? Qué instinto conduce a alguien a no comer ni dormir, a no sentir frío ni calor, sino a sólo crear, crear y crear?
Y es realmente tan fino el hilo que separa la locura de la cordura? O es que nos creemos más cuerdos por pensar que hay otros que lo son menos?
No dejo de pensar en Séraphine.
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